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N ° 14/2002

Buenos Aires, noviembre 04 de 2002.-

TODOS SOMOS EL PADRE GRASSI

Cuando hace dos semanas “Telenoche Investiga” se lanzo a atacar al Padre Grassi la sociedad entera se conmovió, la gravedad del tema resulto de tal magnitud que el multimedio Grupo Clarín se lanzó de inmediato a destacar una supuesta guerra de medios como algo más importante.

La guerra de medios existe, como sucedió la Segunda Guerra Mundial, pero no era lo mismo la Whermacht bajo la conducción de Adolf Hitler que los ejércitos de Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, etc. Existió un agresor y quienes reaccionaron contra él. Existió un programa difamatorio del Padre Grassi que puso al descubierto que Telenoche no investiga sino difama, que es una herramienta del sistema perverso del Grupo Clarín.

Muchos no se ocuparon del problema porque las investigaciones estaban dirigidas a los emblemáticos del menemismo en especial, era parte del programa de propaganda establecido, como el de los nazis con los judíos o el de los comunistas con los empresarios, fueran petroleros o simples comerciantes. Cuando estos ataques llegaban a gente tan lejana nadie se ocupaba de la perfidia y maldad, de las falsedades de Telenoche Investiga o de los demás medios del Grupo Clarín.

El Grupo Clarín, del que Telenoche Investiga es solo un peón más, ha demostrado que ni siquiera guarda la mínima ética de investigación periodística. Ni siquiera se guardaron de mostrar las dos caras de la investigación, ni mucho menos de informar los pésimos antecedentes que tienen los denunciantes del Padre Grassi.

Muchos inclusive intentan aferrarse a que no sea posible como una periodista que me preguntó en forma directa ¿vos crees que María Laura Santillán se prestaría a algo así? Le pregunte si ella había conducido el programa, lo había presentado y la periodista me dijo: sí. Entonces le pregunté yo “¿qué más necesitas para ver que María Laura Santillán no es lo que vos deseas que sea?, yo no me pregunto si ella sería capaz, sé que lo hizo, no necesito más”

La otra experiencia me sucedió la mañana siguiente en la panadería debajo de mí oficina al acercarse su dueño y preguntarme si creía que había una guerra de medios, le expliqué que pensaba sobre esto y él me abrió los ojos como si no fuera muy posible, entonces en un gesto medio teatral le dije en voz alta: “vos sos el Padre Grassi”

“¿Cómo? Reaccionó sorprendido el panadero.

“Sí, porque algún día el Grupo Clarín, Telenoche Difama vendrán y le darán dinero a algún empelado que hayas despedido, y él dirá de espaldas a una cámara que le pones droga a las media lunas, que usas harina podrida pero más barata y al día siguiente los mismos vecinos que cada día te sonríen, y comieron tu pan por años dirán ‘¡mira que hijo de p.......!’ Sí vos sos el Padre Grassi” le explique para que entendiera como funciona la máquina difamatoria del Grupo Pravda.

Solo debería haberle agregado que antes de emitir el programa hubieran ido a ver a un juez, a algún fiscal y encima lo hubieran puesto preso o lo señalarían como prófugo cuando empezara el programa.

Entre los defensores del Padre Grassi está el vicepresidente de su Fundación, el señor Raúl Portal, y esta vez tiene razón, pero sería bueno que recordara cuando se sumo a un improvisado coro para celebrar que Domingo Cavallo estuviera preso. A Portal en aquel momento no le importó que no sabía nada de la causa judicial, de si esa prisión era justa, o no como resulto algunos meses después.

Portal como muchos otros hoy sufre lo que él mismo alimento. Alguien debería decirle que al menos pida perdón por aquel acto de soberbia y odio, de injusticia e intolerancia. Porque para salvar al Padre Grassi hay que revisar muchas de nuestras opiniones inducidas en los años anteriores por la misma máquina difamadora.

Párrafo aparte merece Susana Gímenez que desde el exterior se sumó al ataque al Padre Grassi diciendo que a ella le habían llevado esos rumores de cosas raras. Difamación gratuita de quien ha sabido ganarse la vida gateando y con dudosos concursos, donde miles de personas se vieron defraudadas de a centavos. Mientras algunos intentaban desviar la atención de la culpa del Grupo Clarín hacia el joven novio de la veterana y varias remozada vedette, el Padre Grassi expresó al ser preguntado por el “corcho” Rodríguez que él no creía que estuviera detrás de esta campaña, ni su novia (la ex de Carlos Monzón), y que no iba a ensuciarlo a Rodríguez como estaban haciendo con él mismo.

Susana Gímenez está entre la galería de los fanáticos, de los que odian y reparten un sistema de culpas sin pruebas. Mejor que se quede en Miami a ver si aprende algo al menos por ósmosis.

¿Podría además haber algún móvil político detrás de esta campaña contra el Padre Grassi?

Sí. Claramente sí.

El Grupo Clarín ha recibido numerosos créditos y otros beneficios del Grupo Banco Provincia de Buenos Aires, es socio del estado nacional en Papel Prensa, impulsó la devaluación del usurpador, su ley de quiebras, la ley de protección de empresas “culturales”, el Banco de la Provincia de Buenos Aires pago un sobreprecio en la empresa del Grupo Clarín que opera servicios de Internet conocidos como Ciudad Internet, un sobreprecio de más 55 millones de dólares”.

El programa no se inició atacando al Padre Grassi por los supuestos abusos sexuales de menores sino mostrándolo como un “cura ligado al poder” para ello se lo mostraba en fotos de actos públicos, sociales y de beneficencia junto a Carlos Menem, Domingo Cavallo y algunos funcionarios del gobierno del primero.

Obvia intencionalidad de dañar al candidato que el Usurpador Duhalde desea impedirle ser presidente de los argentinos aun cuando el pueblo quiera votarlo.

Maniobra de distracción cuando se está profundizando la investigación justamente del Banco de la Provincia de Buenos Aires, cuando Duhalde está realizando todas las maniobras a su alcance para imponer un candidato que le asegure la impunidad de él, sus cómplices y sus socios.

Resulta por demás sugestivo que Telenoche Difama jamás investigó el Fondo de Desarrollo del Conurbano, ni al Banco de la Provincia de Buenos Aires, ni la fortuna de ningún duhaldista, nada que pueda estar relacionado al cómplice de Héctor Magneto.

También existen otros aliados circunstanciales del Grupo Clarín, son los burócratas, políticos y empresarios que se hacen ricos con la pobreza que ellos mismos producen. Los que gastan entre un 50 y un 200% más por día por persona que alimentan que la Fundación Felices los Niños, para ellos era un testimonio demasiado incómodo y sobre todo peligroso.

En cualquier caso lo cierto es que la actitud del Grupo Clarín y los malos jueces que aceptan sus presiones impide que Argentina tenga una justicia “justa”. Ni el Padre Grassi a quien ya se lo ha destruido en los medios de comunicación, ni los chicos si realmente el delito hubiera existido tendrán justicia. Ya nada puede reparar el daño sucedido al debido proceso, que es la garantía de un juicio “justo”.

El “debido proceso” no es otra cosa que un sistema científico de establecer una verdad jurídica, es la garantía de que somos inocentes mientras no se demuestre nuestra culpabilidad, es lo que diferencia una república de una dictadura.

Esto paso antes, los presos fueron gente que Clarín había hecho odiar y por eso a nadie le preocupaba, ni mucho menos lo ocupaba, pero esta vez para fortuna de todos atacaron a una persona que hace una obra de bien, que es considerada aún hoy buena persona y decente. Ahora se puede ver la mortal máquina de odios instaurada desde ese grupo mediático.

Ahora todos sabemos que nos puede pasar, y como todos podemos ser el Padre Grassi. Ahora es tiempo de no ver Canal 13, no escuchar radio Mitre, no comprar Clarín, mucho menos avisar en ellos, sacar nuestros depósitos del Banco de la Provincia de Buenos Aires, no tener jubilación en Orígenes, no comprar seguros de Provincia Seguros, dejar Ciudad Internet, nada que alimente la máquina dictatorial.

Todos somos el Padre Grassi, a todos nos va a pasar sino detenemos esta hidra ahora. Y al menos en cuanto al pasado reflexionemos cuantas mentiras, candidatos nos impusieron y como nos fue, sino para pedir perdón al menos para no persistir en el error, la mentira y la injusticia.

Lo que se halla en juego es si tendremos una justicia “justa”, la posibilidad de tener cada uno un “debido proceso” o si alguien por algún oscuro interés particular puede desde un medio de comunicación destruirnos y dejarnos marcados como culpables cuando somos inocentes.

*Un comentario adicional es la defensa que algunos, la gran mayoría, hace del Padre Julio Grassi sobre la cuestión de los 6.300 chicos que cuida la Fundación Felices los Niños. Ellos son importantes, ni hay duda, pero aún si ellos no estuvieran la máquina difamatoria, prevaricadora igual funciona. Es como si hubiera que justificar la defensa de Grassi en los chicos, la defensa del caso Grassi como de muchos otros corresponde en sí y por sí misma, no existe ninguna razón de tener que justificarnos en los chicos para hacerla, ese “peaje” al multimedia, a la izquierda sensiblera es una derrota innecesaria.

 

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